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Piezas destacadas del Museo de Bellas Artes

Ferrero

Quintín de Torre nace en Bilbao en 1877. Ingresa muy joven en la Escuela de Artes y Oficios y frecuenta el taller del escultor Serafín de Basterra. Se traslada a Barcelona en 1898 para continuar sus estudios y en 1901, pensionado tanto por la Diputación de Vizcaya como por el Ayuntamiento de Bilbao, viaja a París. Allí conoce la obra de Rodin y Meunier, de quienes procede su interés por el mundo del trabajo. Constantin Meunier, escultor belga, tuvo mucha influencia sobre los artistas vascos, tal vez por ser conocido de Regoyos.

 

 

Ferrero es una obra de este momento, fechada en París en 1901. Se le representa trabajando, con una pala en la mano y un carro a su lado. Se busca representar el elogio de la grandeza de la gente humilde y la monumentalidad del mundo del trabajo y de los trabajadores. De hecho, es muy posible que esta escultura de un ferrón esté relacionada con dos esculturas de Meunier, Le marteleur y Le debardeur, sobre todo por la postura general del cuerpo.

 

Quintín de Torre regresa a Bilbao y participa en la fundación de la Asociación de Artistas Vascos, de la que es el primer presidente. Acude a las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, a la Bienal de Venecia en 1924 y a la Primera Exposición de la Sociedad de Artistas Ibéricos en 1925. En 1955 es nombrado académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

 

 

Es autor de una abundante producción escultórica que incluye retratos, monumentos conmemorativos, escultura religiosa y pasos procesionales, además de un conjunto importante de obras de temática social y costumbrista. Siempre mantuvo su interés y admiración por la escultura española de los siglos XVI y XVII, como se puede apreciar en su obra. Destaca por la calidad de ejecución, con un fuerte carácter realista y búsqueda de expresividad.

Quintín de Torre (Bilbo, 1877-1966)

Bronce fundido
52 x 23,5 x 28 cm

 

[Nº 3112]